jueves, 23 de agosto de 2012

No me quito el rencor ni con espátula


Hace una quincena o un mes que mi mujer de ahora eligió vivir en otro país. No hubo reproches ni quejas. Ella es dueña de su estómago y de su vagina. ¿Cómo no comprenderla si ambos compartimos casi exclusivamente el hambre?

Juan Carlos Onetti, Cuando ya no importe



Así mecen los días en el liviano peso de la levedad, medio escondidos entre la vorágine que supone estar enredado en la más voraz de las monotonías, que muerde inyectando un veneno que mata lentamente. La incertidumbre no es más que un poso que aprieta en las costillas. Las náuseas, las ojeras y las migrañas, que no dejaban de ser pequeñas inclemencias físicas se han convertido en compañeras de viaje, han pasado a formar parte de mi de forma inherente y de manera absolutamente trivial y espontánea. Ni siquiera recuerdo el momento en el que toda esta apariencia perdió su forma inusual para transformarse en algo ordinario.

A veces miro al cielo y grito para que no me falten las palabras. Pero no rezo.


Elsso Rodríguez - Volver



JimmyAttitude

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