lunes, 10 de octubre de 2011

Estilos de vida

El otro día, una gran amiga, me preguntó que qué significaba el rap para mi. Era consciente de la pregunta que estaba realizando, y porqué me la hacía a mi. A ella le gusta bastante, algunos artistas le dan paz, otros le hacen pensar, otros le ponen a bailar.

Es bonita la música. Lo primero que le aclaré es que para mi, por estúpido que pueda parecer, el rap, no es un estilo de música, y la verdad es que a veces flipo con soul, drum&bass, algo de reggae, o artistas como el Migue o Manolo García. Sin embargo, dentro de la cultura de los cuatro elementos, tanto la gente de la que me rodeo como yo entendemos esto como un punto de vista, un concepto, un modo de entender la vida y de vivir. Yo no empecé en esto escuchando Wu tang, ni Tupac, ni a Wallace, de hecho, ni siquiera me merece opinión el debate de cual de los dos es mejor, ya que para mi, Nas, Big L y sobre todo Gurú están por encima de estos. El primer disco de rap que tuve ni siquiera me lo dejaron a mi, apareció por mi casa, supongo que se lo prestarían a mi hermano, y tenía por título escrito con rotrin' en el verbatim "SFDK - 2001 Odisea en el lodo". Corría el año 2003. Hoy no lo tengo en mi poder, pero no exagero si digo que es el disco que más he escuchado. A esto le seguirían "Música para enfermos", "Caleidoscopio" y tantos otros discos de la época, antes de que estos genios empezasen a dar atisbos de la comercialidad en la que hoy en día andan sumidos.

Por aquellos entonces, ninguno de mis colegas escuchaba este tipo de música, ni existían las famosas redes sociales, y la verdad, los tres o cuatro que por aquí se atrevían a dar muestras de pertenecer a la cultura, si bien unos eran gente que no conocía de nada, los otros verdaderamente parecían dar claros síntomas de una mala interpretación de la misma, o porqué no, de otro modo de entender el movimiento. Se puede decir pues, que uno se vuelve autodidacta cuando algo realmente le llena y no tiene medios suficientes para desarrollar un seguimiento activo de la disciplina.

El mercado creció, los medios se fueron haciendo eco de según que trabajos, y la escena ganó adeptos a un ritmo vertiginoso. Sin darnos cuenta, nos habíamos puesto de moda, con todo lo que esto conlleva. Cierto es que si siempre han prevalecido los clichés en torno a nuestra cultura, las mentes empezaron a abrirse. De un tiempo a esta parte, se ha dado un salto cualitativo bastante importante en nuestro país, hay bastante gente haciendo cosas muy serias, y no precisamente en la escena mainstream, cualquier chavalito de hoy en día que le dediqué empeño y se rija por unas pautas y premisas correctas a la hora de hacer rap, puede mostrar un trabajo bastante coqueto.

Pero por suerte o desgracia, la expansión no solo reporta proos. Obviamente, y más dentro de nuestra cultura, cuna del egotryp, la pose y apariencia consigue morder dolorosamente la esencia que muchos intentan mantener intacta. Cualquiera que tenga acceso a internet y tiempo, tiene a tiro de click cualquier disco, maqueta, mixtape, street albún, promo, maxi o cualquier otro formato del que tienen tirada los trabajos de rap. Y lo que es mejor, a un séquito de compañeros modernos dispuestos a dar su rigurosa y argumentada opinión respecto al mismo, por norma general, bastante crítica.

A veces se nos recuerda que la base de esta cultura es el respeto, cosa que deberíamos ejercer más, yo el primero, aunque de un tiempo a esta parte, si algo no me gusta, con hacer caso omiso es más que suficiente. Aún así, según que críticas, sobre todo las de alarde, están más que justificadas. Todo el mundo es libre de empuñar un micro y siempre defenderemos el derecho a ello, pero conlleva según que responsabilidades también. No se puede vacilar sin argumentos ni palabras que respalden la chulería, hay que tener ciertos conocimientos de maestros, y sobre todo, no se puede mentir. Aún así, que hagan lo que quieran, cada vez importa menos.

Nosotros, por nuestra parte, tras muchos años en el parque, con los litros, con las ralladas, porqué no el sufrimiento por hacerlo mejor, la alegría de según que cosas bien hechas, hemos decidido sacar la cabeza y aportar nuestra forma. Sobre todo eso, nuestra forma. Con nuestras influencias, nuestras carencias y nuestras virtudes, pero algo personal y con un estilo, algo tan importante como necesario. Volar sobre un ritmo no tiene precio, y nunca lo tendrá.

El rap es eso, algo más que música, que estética, son unos valores, una forma de hacer las cosas, un punto de vista, una actitud y unos conocimientos. Y respetadlos, y gozad con ellos, es vida. Hoy he acabado un tema, siento que es el mejor que he escrito, el más personal, como últimamente. Vamos por buen camino.


SFDK - El liricista en el tejado


JimmyAttitude

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