Buda contestó: «Señor, no hemos visto sus vacas. Por favor, búsquelas en otra dirección».
Cuando el granjero se fue, Buda se dirigió a sus monjes y dijo: «Amigos, tenéis mucha suerte de no poseer ninguna vaca»".
Sintiendo la paz
Cuando inspiro, me veo como una montaña.
Cuando espiro, siento en mi su solidez.
Al escuchar ruidos extraños en su casa, el Mulá se asusto y se escondió en el armario. En el curso de su búsqueda, los dos ladrones abrieron la puerta y se lo encontraron acurrucado allí.
- ¿Qué estás escondiendo de nosotros? - preguntó uno de ellos.
- Me oculto porque me siento avergonzado de que no haya en esta casa nada digno de vuestra atención.
Cuentos populares
Ayo - Whithout you
JimmyAttitude